miércoles, 13 de marzo de 2013

Lectura y pobreza


     No se puede negar el efecto inmensamente integrador que ejerce la adquisición de la lectura en los niños de bajo nivel socioeconómico. Para ellos representa una posibilidad cierta de compensar las carencias del “capital cultural” que otros reciben de la familia. Desde el minuto en que aprenden a leer, estos niños adquieren una herramienta poderosa, que no sólo les da el acceso a los diversos aprendizajes escolares, sino que además les facilitará su integración a la corriente principal de la cultura, ayudándoles a construir los lenguajes adecuados, el repertorio de referencias, la fortaleza psicológica y moral y los hábitos de pensamiento necesarios para interpretar y dominar esta cultura.
     En este contexto, la iniciación temprana en la lectura cobra la mayor importancia. Sabemos que el aprendizaje del lenguaje es de índole acumulativa. Los incrementos que se logren en las primeras etapas tendrán un efecto multiplicador. Esto se ha llamado “efecto mateo” (en alusión a la cita bíblica), para indicar que quien más sabe, más aprende. Igual cosa sucede con el bagaje informativo. Los alumnos de estrato socioeconómico alto se inician en la vida escolar con un buen acervo de lenguaje y de capital cultural y por lo tanto son capaces de incrementar muy rápidamente su aprendizaje escolar. Para los de estrato bajo, que no poseen estas ventajas, empezar pronto a leer en forma abundante podría compensar a tiempo esta diferencia. Por ello, lograr que los alumnos en desventaja sociocultural alcancen en el primer año el mismo nivel de lectura que los alumnos de sectores más acomodados, contribuiría enormemente a disminuir las diferencias de rendimiento entre ambos grupos, en tanto que un año de retraso representaría una brecha irrecuperable. Según Hirsch (1997), “todo niño normal puede y debería alcanzar el nivel de lectura esperado para su curso al finalizar el primero o el segundo año de enseñanza básica, y en lo sucesivo al concluir cada año escolar. Debido a que el progreso académico es sensible a las condiciones iniciales, el logro de este objetivo único y fácil de conseguir —todos los niños leyendo según el nivel esperado para el curso al final del primero o segundo año— será mucho más eficaz que cualquier otra reforma aislada destinada a mejorar la calidad y la equidad de la enseñanza estadounidense” 

Extracto de "Las Escuelas que tenemos" de Bárbara Eyzaguirre A. y Loreto Fontaine C.

1 comentario:

  1. Creo que la estimulación cognitiva, en este caso, la lectura es primordial para los niños, especialmente en términos de su noción de vida, de sus hábitos de estudio, del llegar al sentido de comprensión y mejor vocabulario. Es algo que impacta de tal manera que te permite hasta desarrollar el pensamiento crítico, el cual, es sinónimo de la toma de decisiones y convicciones propias.
    Interesante cita, amiga, un abrazo.

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