En nuestra corta existencia como Centro de Estudios y
Preuniversitario, pudimos hacer un breve análisis sobre las necesidades
educativas de nuestros alumnos y la realidad en las salas de clases. A
continuación algunas variables:
- La totalidad pertenece a establecimientos educacionales con alto nivel de exigencia, tales como el Colegio Alborada, Liceo San Felipe Benicio y Alianza Austral.
- La mayoría asiste porque necesita apoyo extra en las asignaturas de Matemáticas y Química.
La complejidad en las asignaturas recién mencionadas radica
en ejercicios de aplicación de fórmulas. Según una breve encuesta realizada,
los ramos del área humanista son más fáciles ya que sólo requieren de lectura y
memorización. En matemática, por ejemplo, cada ejercicio es distinto, por lo
tanto la técnica de memorizar sólo aplica para recordar fórmulas, ya que es un
requisito al momento de las evaluaciones sumativas.
Un desafío que nos hemos planteado como Centro, es cómo
encantar al alumno con los números, cuál es su utilidad en el diario vivir, de
qué servirá aprender a hacer bien un ejercicio. De hecho, esto debería ser la
interrogante de cualquier profesor al momento de entregar contenidos en sala de
clases, no obstante, la realidad hace que esta tarea sea mucho más complicada.
Actualmente existe un desencanto generalizado sobre el acto
de aprender. Ir a clases se ha transformado en una obligación aburrida y sin
sentido aparente. La única finalidad termina siendo obtener buenos resultados,
es decir, buenas notas. Pero es sabido que el valor de la nota no es indicador
de verdadero aprendizaje. Muchos caen en la memorización, que al fin y al cabo,
significa repetir sin necesariamente saber lo que está diciendo.
Algunas salas de clases se han convertido en campos de batallas,
el profesor, además de tener que explicar lo más claramente su asignatura ante
un curso de 25 a 30 alumnos (en el mejor de los casos, ya que una sala de
clases en un establecimiento municipal puede superar a los 40 alumnos), tiene
que enfrentar a la diversidad de caracteres y personalidades, atender las
consultas, si es que son realizadas, tratar de mantener el orden y la
disciplina dentro de la sala de clases, y en este punto radica el mayor
inconveniente. Los chicos y chicas ya no son los de antes, actualmente la
imagen del profesor ha perdido respeto. Esto sumado a que los jóvenes de hoy
son mucho más inquietos, curiosos, sociables, necesitan mucho más estímulos
para mantener la atención por más tiempo sin que empiecen a conversar con el compañero de al
lado, o el de atrás, o el del otro lado de la sala.
De este modo, la carga de hacer clases se ha convertido en
una tarea mucho más compleja para una sola persona a cargo del grupo curso.
Los alumnos asisten a nuestro Centro debido a que en clases
no entienden al profesor/a, simplemente
porque el docente pierde el hilo de la idea o interrumpe una explicación cada
vez que debe llamar la atención a un alumno. Por otro lado, están los que
asumen una postura similar a un profesor universitario, en cada nivel se asume
que el educando tiene las bases y el conocimiento previo, por lo tanto, no se
pierde el tiempo explicando lo que supuestamente ya debería saberlo porque fue
materia del año pasado.
Entonces, aquí debemos lidiar con un educando que tiene la
presión de mejorar sus notas, y además, entender claramente la materia
encontrándole sentido y utilidad en la vida.
Para responder la pregunta, quisiera hacer un hincapié en la
PSU o Prueba de Selección Universitaria. Aquí la totalidad de la prueba es de
selección múltiple, no hay opción a explicar de otro modo la pregunta, sólo se debe elegir entre las opciones existentes cuál sería la correcta. ¿Qué evalúa
la PSU?, ¿Cómo puedo asegurarme de encontrar la respuesta correcta si aquí no
funciona la memorización?. La respuesta es: la PSU evalúa la adquisición de
habilidades y competencias.
Cada contenido en cualquier asignatura, ya sea matemáticas,
química o lenguaje, sirve para conocer y analizar el mundo desde un punto de
vista particular. Incluso esos ejercicios largos de matemáticas donde hay que
aplicar varias fórmulas tienen una habilidad de trasfondo, y es el mismo esquema que se
repite en todas las asignaturas: Análisis y capacidad de razonamiento, es
decir, no se trata de aprender los pasos a seguir porque sí, sino cómo juego
con los elementos y los muevo para obtener resultados, siguiendo siempre normas
básicas, o leyes. Como jugar ajedrez.
Cada uno como persona posee una estructura de pensamiento,
analiza el mundo de acuerdo a los elementos que posee, según el dominio del
lenguaje y su capacidad de introspección. Las fórmulas matemáticas pueden
cambiar, los ejercicios en química pueden variar, los análisis de discurso
serán cada vez más profundos, y de manera proporcional, la capacidad de
razonamiento también ser irá volviendo más compleja. Por ejemplo, un niño en
edad pre escolar aprende los primeros números, en primer año de enseñanza
básica aprenderá a sumar números de un dígito, contenido que se irá
incrementando progresivamente hasta llegar a la multiplicación. La habilidad es
la misma, adicionar elementos, pero el nivel de complejidad es el que varía. Si
el niño entiende las reglas al principio, más adelante no tendrá mayor
dificultad en aplicar esos conocimientos en una operación más complicada.
Otro ejemplo:
![]() |
Matemáticas, fórmula para hallar el área de una parabola. |
![]() |
El Ingeniero que deba construir un puente colgante, deberá aplicar un poco del ejercicio anterior para calcular la cantidad de cables que deberá utilizar. |
Nuestra mayor fortaleza y a diferencia de la mayoría de las
salas de clases, es que en nuestro Centro podemos realizar una entrega de
contenidos y reforzamientos de manera mucho más personalizada, según la
velocidad de cada alumno/a. Aquí el profesor guía la clase, pero el educando
indica a qué paso avanzar.